Una de las sorpresas más agradables durante la restauración fue recuperar las pinturas decorativas originales que adornan los balcones, ventanas y la puerta de entrada. Los dibujos son de columnas, pilastras y juegos de volúmenes que dan perspectiva y profundidad a la fachada. La ventana de la planta baja y la puerta de entrada tienen unas ménsulas dibujadas, con molduras que imitan el volumen propio de estas piezas. Los balcones de la primera planta tienen más prestancia, con grandes columnas pintadas a cada lado de la abertura, realzando estos elementos y ofreciendo una imagen mucho más noble.
En el interior el tesoro barroco que alberga la casa impresiona con imágenes llenas de luces, huecos y bellas perspectivas. Se conserva parte de la solería original y se han recuperado las vigas de madera sobre las que descansa la cubierta.